Dos bebés en el vientre.
Con la maravillosa noticia en la cabeza, el Jeque volvió a la habitación de su esposa.
La encontró mirando por la ventana desde su cama. Ella apenas lo vió venir se mostró un poco ansiosa.
— Alejandro, volviste ya, dime, ¿Qué te dijo el médico? Dios, espero que además de que me mandaste a este mundo siendo estéril, todavía me mandes una enfermedad mortal.
— Montserrat, no se cómo decirte esto... Solo que antes de hablar quiero hacerte una pregunta.
— Dime, ¿Qué quieres saber?
— Después de que te has enterado de lo que pasaba en realidad, tú, ¿pensabas abandonarme?
— Lo pensé, es verdad que sí, no puedo soportar que estés mal por mi culpa, quiero que tengas todo lo que deseas en la vida, no quiero ser un obstáculo... Pero... Es que te amo tanto, ¿Cómo podría vivir sin ti? Más sin embargo, si soy un estorbo para ti, si me pides que me vaya de tu lado, lo haré, prometo que lo haré, me iré lejos donde no vuelvas a verme.
— La señora Ali es muy obstinada, nunca he dicho