Alejandro se entera de todo.
El avión privado y personalizado del Jeque ya estaba listo para despegar, El apuesto Alejandro llegaba con sus guardaespaldas y su asistente Amy, para abordar.
Ya en el vuelo, los empleados se sentaron lo más alejados que podían de su señor, se notaba de muy mal humor, supusieron que había discutido con su madre, como era usual cuando se encontraban
El Jeque a pesar de no tener paciencia con nadie, se contenía lo más que podía para no expulsar a su madre de la villa, pero sabían que eventualmente lo llevaría a su límite, y eso sucedió ese día.
— ¿Alejandro, estás bien? — Preguntaba el asistente.
— Estoy bien, he dormido poco últimamente, descansaré mientras volamos, e iremos directamente a la compañía Darkok para ver que ha conseguido mi amigo Vladimir.
El hombre árabe no tenía idea de lo que le esperaba en Europa, este solamente era el inicio de un camino espinado para lograr que su esposa le creyera que era inocente.
(...)
Cuando Monserrat despertó y bajó a desayu