En el exclusivo club, Carlos ya había terminado de follar con la linda rusa, la había dejado satisfecha y él mismo la había gozado bastante, ahora era momento de buscar a su jefe
— Aquí estás, te he buscado por todas partes, no sabes todo lo que tuve que ver antes de llegar aquí — Carlos miraba para todas partes, había un par de empaques rotos de condones, papel tirado por todas partes, su amigo completamente desnudo
— ¿Qué pasa? ¿por qué haces tanto escándalo? ¿dónde más voy a ir? ¿y el chico que estaba conmigo?
— No lo sé, cuando entré solo estabas tú, como te quedaste dormido seguro se fué a atender a otros clientes
— Ahh, folla como un salvaje, voy a necesitar algo para que me calme el dolor
— ¿Te dejaste follar por un tipo? carajo, Ulises, tú nunca dejas de sorprenderme, ¿y así dices que quieres a Alejandra? no te entiendo
— ¿Y qué hay que entender? lo que mi corazón siente por ella no tiene nada que ver con mis preferencias sexuales, el día que la haga mía, ot