C24-MI MATRIMONIO NO SERA ETERNO.

En la mansión, Rowan estaba de pie en medio de la sala, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Te lo advertí, Sofía. No puedes salir sin mi permiso.

—¡Por favor! —bufó ella, rodando los ojos—. Tengo veinte años, no soy una niña.

Rowan avanzó un paso y la señaló con su dedo.

—Sigues bajo mi tutela, Sofía. Si algo te pasa, madre me matará.

Ella chasqueó la lengua y lo miró con burla.

—Mejor preocúpate de tu nueva esposa, hermano. Si quieres que no le hagan la vida imposible.

Él arqueó una ceja, desconfiado.

—¿A qué te refieres?

—A que esta mañana Diana la trató de la peor manera —replicó la loba rubia sin rodeos—. Se supone que es tu mujer, ¿no?

Rowan apretó la mandíbula y aunque le preocupaba Anya, tampoco iba a crucificar a Diana.

—Para Diana no es fácil… aún no ha superado la muerte de Alana. Y ahora, con Anya… ella…

—¡Por la diosa! —Sofía abrió los ojos con furia, harta de la actitud de su hermano mayor—. ¿Te escuchas? ¿De verdad estás justifi