En el castillo Volkov, el Alfa Drako, llevó a descansar a su luna a su habitación, su instinto protector estaba muy despierto, la hizo acostarse mientras que él se metía también a la cama para abrazarla a su pecho
— Todavía no puedo creer que después de haber estado tanto tiempo fuera del castillo, regreso y te encuentro embarazada, te extrañé tanto, ¿tú me extrañaste?
— Hmmm.. solo un poco
— ¿Un poco? pasamos muchas noches separados, ¿cómo puedes haberme extrañado solo un poco? eres una sirena muy fría, eh, soy tu Alfa y ni siquiera me extrañas insoportablemente, eso me ofende y lastima mi orgullo
— No sé decir mentiras — La sirena, movió sus hombros despreocupada
— Ya verás, te voy a recordar por qué es que me amas, por qué es que me deseas a tu lado, ven aquí, necesito hacerte mía — El lobo dejó salir una de sus afiladas uñas y rompió las ropas de su amada, pronto estaba arriba de ella besándola con pasión, acariciando su bello cuerpo
— Drako... Ahhh... no quiero qu