Bosco dijo: —Mamba Negra.
Era la única serpiente que se le ocurría hoy que se parecía a un ocelote.
Dijo Criz: —Tienes bastante suerte entonces, al ser mordido por esta víbora africana, que está a la altura de la cobra dorada, de hecho lograste resistir hasta que el médico de cabecera vino a salvarte con el suero, pero ¿esta serpiente no está en África? ¿Cuándo llegó a Capital Imperial?
...
No necesitaba explicarlo con tanto detalle.
—Adiós, cuelgo —dijo Bosco.
—Descansa entonces, Carlos y yo te visitaremos mañana —tras decir esto, volvió a dar las buenas noches a Cecilia antes de colgar.
Cecilia sostuvo el teléfono y lo miró condescendiente, con una expresión fría: —¿Qué clase de serpiente era esa?
Parecía que tenía que decir la verdad, la voz de Bosco era baja: —Un ocelote.
Cecilia buscó en Internet y se rio fríamente al ver la descripción: —No debería haberte mordido la pierna.
Al ver a Cecilia se volvió hacia el lado del sofá, no se atrevió a preguntar acerca de su ducha.
Vio a Cec