Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.
Molière
Después de casi dos semanas Michael regresaba a Sussex, no esperaba pasar más de una semana en Londres, pero las cosas se le complicaron y no podía volver hasta solucionar todo, el primero en complicarles las cosas fue Wadlow.
— ¿Se puede saber qué carajos me estás diciendo? — espetó el agente con un tono enojado — ¡No puedes largarte ahora, así como si nada!
— Claro que puedo y lo haré — dijo Michael en un tono gélido — te recuerdo que no te estoy pidiendo permiso, te estoy notificando que desde ahora tú estás a cargo de darle el tiro de gracia al Barón de Lexinton para concluir con el trabajo.
— Edward, tú eres el que ha coordinado todo esto, el Rey te designó a ti, eres el elegido de la corona, no puedes desligarte de algo así sin que te traiga alguna consecuencia.
— Wadlow hemos atrapado al espía español y uno de sus más importantes secuaces ingleses, el Rey está más que satisfecho, es cuestión de unos cuantos días