Mi vida había cambiado radicalmente en cuestión de un mes.Un día era joven, inocente y al siguiente no salía de casa sin mi spray anti vampiros a pesar de que me explicaron que no existían. No importaba, me gustaba estar preparada. Funcionaba con los cambiaformas también; no habían intentado secuestrarme de nuevo, algo que era extraño teniendo en cuenta mi suerte, pero estaba bien con eso. -¿Hoy también irá a la cascada, Luna? - Preguntó una de las lobas al verme salir de la casa de la manada.-Si. ¿Crees que los cachorros quieran acompañarme al pequeño chapoteadero en un rato más? -Estoy segura de que les gustará saltarse la mitad de sus clases en viernes. - Dijo divertida. -Eso es genial. Yo falté al trabajo hoy. - Dije en tono de confidencia. - El papeleo lo pueden hacer los viejos miembros aburridos del consejo; siento que les doy un soplo de vida cuando les asigno una nueva tarea. Ella se rió.Por alguna razón, era como si los lobos ingirieran una insana cantidad de helio f
Esteban (Hace un par de noches).Me quedé en el suelo sollozando como un bebé. ¿Qué m****a había en ese bote? Mis ojos ardían como si las llamas del infierno vinieran por ellos.-¡Hermano!- Gritó desde algún lugar Ema. -Vi todo por las cámaras. ¿Estás bien? -¿Te parece que estoy bien? - Pregunté desde el suelo en mi lamentable posición. - Joder, ayúdame a levantarme. Necesito meter mi cara en agua. Consígueme un doctor.Mi hermana se apresuró a ayudarme a llegar al baño y luego me abandonó.Había sido una completa sorpresa el día en que había conocido a Stella. Y no me refería a todo el asunto de la boda y la novia interesada en los millones del abuelo, sino a que me había llegado el ténue aroma de mi pareja hasta la nariz durante todo el tiempo que estuve con ella. Tuve que comprobar varias veces si el olor no provenía de ella, pero un poco más sutilmente que la primera vez.Y cuando llegué al lugar en el que vivía...Bien, mi instinto de pareja se volvió loco. Por supuesto, tenía q
Esteban.Ema me ayudó a sentarme detrás de mi escritorio y suspiré mientras limpiaba mis lágrimas.-No te había visto llorar desde que mamá murió. - Murmuró.-No lo hago porque quiera. - Respondí con un gemido. - Joder, aún duele. Debo de preguntar qué m****a es esto para que pueda regalarte uno y lo lleves contigo cada que salgas del edificio.-Eres... el mejor hermano, pero no creo que sea momento para preocuparte por mí. - Dijo divertida.-Siempre es momento para preocuparme por ti, eres mi hermana.-Aww, un poco más de miel y me vas a empalagar. Espera, deja te ayudo con eso.Ella me ayudó a reclinar mi silla de cuero y colocó algo húmedo sobre mis ojos.-Habla ahora. ¿Tenemos también algún tipo de deuda con esos humanos y es por eso que te niegas a ir por sus cuellos?Ni siquiera trataría de esconderle la verdad, era por eso que le pedí que viniéramos a mi oficina.-No. Ella es mi pareja y el otro, por lo que sé, es su mejor amigo. -¡¿Tu qué?!Mi hermana, la más correcta y hermos
Megan. (Actualmente)La vida había sido bastante aburrida con Stella en la manada de lobos. Bueno, casi aburrida.Ciertamente, nuestro amigo Duncan y su esposa televisor me daban algunos momentos de diversión, pero no era lo mismo.Ella se había llevado a los guardaespaldas osos, pero no al gato enorme que aun rondaba por mi jardín. O a sus amigos que venían de visita.Lo había estado alimentando durante el último mes con hamburguesas y carne que traíamos saliendo del trabajo a casa; nunca se quejó y de hecho daba una reverencia espeluznante cada que le acercaba un plato. Debido a los acontecimientos recientes, sospeché que el gato también era un cambiaformas. ¿Por qué seguía en mi jardín si mi amiga ya no estaba aquí? Era un misterio. La verdad no era lo suficientemente valiente como para preguntarle. ¿Qué sucedía si resultaba que el gato realmente era un gato enorme y educado? Me sentiría un poco estúpida. No creía que yo fuera hecha para el tipo de vida junto a los cambiaformas.
La abuela de Stella estuvo en mi puerta antes de que saliera el sol.-Es trabajo de una buena dama de honor el revisar que todo este perfecto para el Gran evento. - Dijo ella cuando abrí la puerta.-Entonces, ¿Qué hago yo despierto? - Gruñó Duncan.-Si tienes las uñas así de lindas pasas por dama de honor. - Dijo la abuela arqueándole una ceja. -No voy a negar que me dejaron bastante guapo ayer por la noche. - Dijo encogiéndose de hombros. - Y puedo supervisar en cuanto salga el sol el lugar de la boda, sin embargo, eso no quiere decir que sea una "dama"...-La dueña del Salón de eventos es muy sexy. - Imterrumpió la abuela.-... pero puedo ser lo que sea por mi querida amiga Stella.Yo rodé los ojos.-Bien. Tomaré mi vestido, algo de maquillaje y estaré lista.-Tienes dos minutos. Mi precioso gatito nos espera en el auto.Ni siquiera sabía qué decir a eso.Exactamente tres minutos y medio después corríamos escaleras abajo.Parpadeé al ver a una pantera acostada en el vestíbulo. Abrió
Jeremiah.-Por supuesto que estoy hablando en serio.Era la primera vez en meses que me permitía tomar más de un pequeño trago.La situación con las manadas aledañas había sido tensa en el mejor de los casos y hostil en el peor. No podía darme el lujo de relajarme cómodamente sobre mi trasero mientras los osos, las panteras, los tigres y los pumas estaban atentos a cualquier debilidad para poder venir y tomar las tierras de mi manada.¿Por qué estaban tan ansiosos por mi tierra? Porque teníamos ríos cristalinos, cuevas profundas, tierra rica para el cultivo, maderas preciosas… en fin. Teníamos entre nuestras patas un verdadero paraíso y eso lo sabían todos los weres a la redonda.-Solo toma a una compañera y resuelve el asunto. – Dijo mi Beta Oscar haciendo un gesto divertido con su mano. - No es tan difícil.-Ya te lo dije, no tomaré a cualquiera. Quiero encontrar a mi pareja. – Dije al Oscar de la izquierda que no dejaba de moverse… o quizá solo fuera mi mala visión después de veint
Stella. Mi abuela estaba loca. La amaba… pero eso no le quitaba lo loca. Con un suspiro interno, hice una bola arrugada con el pedazo de periódico que mi amiga Megan me había dado más temprano cuando recién salía de su turno en el Were café. Ella había estado cubriendo el turno de la chica nueva porque se había enfermado; le venía bien el dinero extra, así que la pobre había estado más de doce horas de pie. No se tomó el tiempo necesario para alertarme sobre el contenido del periódico, solo me lo entregó y luego voló por la puerta delantera. No la culpaba, debía estar agotada. Es solo que me hubiera gustado estar más preparada para la vergüenza y humillación. Ahora entendía por qué muchos de los clientes locales me miraban como un bicho raro. Tiré a la basura el ofensivo trozo de papel que no tenía la culpa de mis desgracias y tomé la cafetera para rellenar las tazas vacías de los clientes. Vivíamos en un pequeño y pintoresco pueblito alejado de las grandes ciudades de Canadá;
Seis largas, agotadoras y humillantes horas después, la tortura de servir café y rechazar invitaciones de parte de pervertidos turistas con una sonrisa, me habían dejado exhausta; lo único que quería era esconderme debajo de mis cobijas y dormir. Menos mal que mañana era mi día libre.Subí las escaleras del porche delantero de la casa de mi abuela y abrí directamente la puerta. En nuestro pueblo nadie cerraba con llave porque el nivel de delincuencia era de menos cero.Justo igual a mi autoestima en estos momentos o mis ganas de vivir.-¡Ya llegué, abuela! – Dije tirando mi bolso cerca de la puerta y arrojando mis zapatos a alguna parte de la sala de estar.-¡Estoy en la cocina, pequeña!Suspiré y caminé hacia allí.Ella estaba muy feliz lavando los trastes y escuchando la radio. En cuanto me vio, apagó el aparato y me regaló su mejor sonrisa.-¡Tengo excelentes noticias!-¿Tienen algo que ver con el anuncio del periódico que está circulando por todo el pueblo? – Pregunté cruzándome d