Era cierto Ethan estaba que se lo llevaba el mismísimo lucifer, pero después de respirar profundo y mirar hacia atrás y ver qué Vivían venía tras de el, prefirió parar y esperarla.
—¡Ethan! Vaya que si caminas rápido —hablo Vivían totalmente cansada.
—Lo siento, no quise escuchar y creo que me he comportado como un troglodita. —Ethan se inclinó un poco y dejo un beso en los labios de Vivían, quien por fin respiraba con tranquilidad.
Después de volver a casa y subir de nuevo a la habitación de Sofía, los tres se sentaron hablar, a lo cual llegaron a una sola conclusión debían separar a Julia de Ángel, solo que debían buscar más ayuda, Angel era un hombre bastante peligroso y la vida de todos estaba en riesgo.
—Ya lo sé tía, te hablas con él, aunque a mí no me gusta para nada esa idea, pero si tú lo ves necesario yo no me voy a meter —hablo Ethan con resignación.
—Es por el bien de mi niña, y seré yo quien hable con él, yo sé que él nos ayudará, además que debemos de buscar la manera de