- Hasta que la muerte nos separe. - Se rió libertinamente.
- ¿Es difícil hacer el resto de los votos? ¿Por qué sólo piensas en la muerte y en las cosas malas?
- La vida me ha enseñado a ser así.
- La vida me ha dado tantos golpes y aquí estoy... Frente al CEO de Clifford, uno de los hombres más ricos e importantes del mundo... E... Mi marido. - Cuando estaba cerca de ese hombre, todo lo que quería era ser tomada por él, el poder que su cuerpo ejercía sobre el mío.
Gabe acercó su cara a la mía y yo separé los labios, cerrando ligeramente los ojos, esperando un beso. Hasta que oí su voz y olí su cálido aliento, que aún olía a pasta de dientes mentolada:
- ¡No voy a besarte, Chuchu!
Abrí los ojos, con las manos aún enredadas en las suyas, incapaz de moverme.
- ¿Qué quieres de mí, Gabe? - Apenas me salía la voz - No te metas con mi silencio si no puedes con mi ruido.
- Quiero proponer una tregua.
Me reí:
- Una bestia nunca retrocede.
- ¡No soy una bestia, Chuchu! Y no parecías tenerme mie