- Corazón, prefiero morir a verte casada con ese bastardo que te hará sufrir el resto de tu vida. Gabe Clifford no tiene corazón. Y Jorel Clifford sólo piensa con la polla. Se ha tirado a todas las mujeres del país que tienen una cuenta con más de tres dígitos. Es un jugador adicto y un hombre sin calidad. Vive de las sobras de su hermano. Fue capaz de tirar a la basura una herencia de mil millones de dólares.
- ¿Y desde cuándo te importa la fidelidad, Ernest? - Rose rió irónicamente y no le quité la razón.
Mi padre agachó la cabeza, desolado. Sí, había cometido errores en el pasado, pero ¿por qué tenía que cometerlos toda la vida? Rose le había perdonado y, cuando tomó esa decisión, debió hacerlo de corazón y no de boca. Todos los días, absolutamente TODOS los días, ella le recordaba la traición de la que había nacido.
- A mí tampoco me importa la traición -me encogí de hombros y sonreí- ¡Es Jorel Clifford! Me casaría con él aunque no tuviera que ser la única forma de salvar a nuestr