El que nos visita cada mes...
[DANNA]
Las niñas aparecen gritando y corriendo por la cocina.
Daniel y yo nos separamos de golpe. Como si nada estuviera pasando.
Veo cómo una de ellas planea hacerle una broma y no me parece justo. Así que decido ayudarlo. Y no, no por ser blanda con él, sino porque el hecho de que anden hiperactivas es mi culpa. Parte de su inconmensurable y repentina energía es mi responsabilidad, por darles helado, por lo que trato de intervenir.
Le hago muecas a la ojiazul mayor para que se detenga, pero fracaso.
Ella ríe y me ignora.
—¿Me pueden explicar qué significa...?
Cindy saca un globo lleno de agua y se lo lanza a Daniel, que me mira, furioso… y empapado.
—Definitivamente les diste azúcar —me acusa.
En medio de risas, vuelvo a negar.
La cuartada, ante todo.
Se levanta para perseguir a las niñas.
Se desliza dos veces, casi cae, pero no se rinde.
Y al alcanzarlas, empieza a hacerles cosquillas también.
Las niñas ríen, se le suben encima como si fuera un caballo.
Yo solo puedo reír, vie