—¿De qué se trata todo esto? —chasqueó Sofía, con los ojos ardiendo mientras fulminaba a Henny con la mirada—. Te has pasado de la raya. No eres bienvenida aquí, lárgate.
La expresión de Henny se volvió helada.
—¿Me estás echando? ¿Te das cuenta de lo que esto significa?
—Reportaré esto directamente a los Montclair. Estás tirando por la borda tu oportunidad de convertirte en la matriarca.
—Me da igual. ¡Lárgate! —gritó Sofía.
—¡N-No! Sofía, contrólate —intervino Florence rápidamente, forzando una sonrisa incómoda a pesar del enrojecimiento que se extendía por su rostro—. Es completamente mi culpa. Servir té de tan baja calidad a la Señora Henny fue imperdonable. Por supuesto, usted se merece solo lo mejor. Este error es mío.
Clarissa se burló, su voz goteando desdén.
—Qué rastrero patético.
Henny dirigió su mirada fría hacia Sofía.
—Sofía, ¿qué estás haciendo ahí parada? Discúlpate inmediatamente con la Señora Henny —suplicó Florence, su voz desesperada.
Sofía negó tercamente con la ca