Álex observó con desdén el movimiento lento de Rudolf y chasqueó el dedo bruscamente, apartando la mano de Rudolf de un golpe.
El brazo de Rudolf salió disparado hacia atrás como si hubiera recibido un balazo, arrastrando todo su cuerpo con él.
Su cuerpo entero se estrelló violentamente contra las sillas cercanas, esparciéndolas en todas direcciones.
Joey, con los ojos muy abiertos por el pánico, corrió hacia su padre.
—¡Padre! ¿Qué pasó?
—Yo... me resbalé —balbuceó Rudolf, luchando por ponerse de pie.
Varios espectadores se levantaron de sus asientos, rodeando rápidamente a Rudolf.
—¡Señor Rudolf! ¿Está bien? ¿Qué está pasando aquí?
Sus rostros preocupados dejaban claro que lo reconocían.
Antes de que Rudolf pudiera responder, Joey apuntó con el dedo acusadoramente hacia Álex.
—¡Escuchen todos! ¡Este matón trató de abusar de mí, y cuando mi padre intervino para detenerlo, lo atacó!
—¡Maldita mentirosa! —explotó Lyra, su voz temblando de furia.
—¿Acaso cada palabra que sale de tu asque