Mientras el Dr. Jenkin y Charles aún trataban de comprender la situación, el mayordomo ya los había sacado de la habitación.
"¡Mayordomo!", intentó protestar Charles.
Sin embargo, el mayordomo lo interrumpió: "Señor, será mejor que se prepare para lidiar con su padre. Ya viene en camino".
El rostro de Charles se palideció.
Dentro de la habitación, Alex, sin vacilación, cortó la ropa de Jasmine, sin pedir permiso a Jessica, dada la gravedad de su condición.
La colocó en la bañera y sacó nueve agujas de acupuntura.
Al mover su mano, las agujas parecieron encontrar por sí mismas los puntos exactos, aterrizando con precisión en el cuerpo de Jasmine.
El agua de la bañera se tornó visiblemente turbia y maloliente de forma alarmante, como si las toxinas estuvieran siendo expulsadas rápidamente y neutralizadas por los químicos.
Alex añadió otro puñado de ingredientes a la bañera.
En un instante, Jasmine, al borde de la muerte, revivió, como si el tratamiento hubiera regenerado su cuerpo. Su ro