Capítulo 38

En casa de la doctora Valeria todo está muy tranquilo, hasta que uno de los bebés se despertó y comenzó con su habitual lloriqueo para que le den su pechito. Con los movimientos del niño, Valeria se despertó y cuando vio solo a dos de sus tres hijos se asustó mucho y pronto salió en busca de las niñeras, iba gritando como loca por aquel largo pasillo, e hiso que los escoltas se alarmaran.

En cuestión de segundos todos estaban frente a ella, pero nadie está cargando a su hijo. — ¿Dónde está mi niño? ¿Quién de ustedes lo tiene? — Pregunta entre gritos y sollozos, y se desespera aún más cuando mira que todos se voltean a ver entre sí como preguntándose quién de ellos lo tiene.

— Hace un rato yo entré a su habitación Señora, y los tres niños estaban junto a usted y creo que nadie más ha vuelto a entrar.

— ¡No, no puede ser! busquen a mi hijo ¡Ahora mismo! — Les ordenó la doctora, sintiendo la adrenalina en sus venas, todos salieron en busca del bebé, las niñeras lo buscaron en cada rinc
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