El beso se extendió más de lo debido y mi cuerpo se fue calentando, era una sensación que jamás había sentido y me recorría completa, las manos de Agustin estaban quemándome de una forma excitante. La diferencia de estatura era palpable me dolieron, un poco las piernas después de un momento, pero no queria romper el beso
Terminé de besarla cuando sentí que ya no tenía ni una gota de aire en mis pulmones. Mi alegría era desbordante ella no me rechazo, me beso con deseo sabía que no podía excederme recién nos estábamos conociendo era como empezar de atrás para adelante, primero nos casamos y luego nos conocemos.
Escuché su voz trémula, me estremecí por completo Agustin va a matarme del gusto
—Sheyla este día ha sido el mejor que he tenido en mi vida, mis deudas con usted siguen aumentando cada día, llegará el momento que se harán impagables y tendrá que verme siempre.
—Eso sueno genial, no tenía pensando soltarte nunca eres mi esposo y por nada del mundo dejarás de serlo, me agrada que