—¿El próximo viernes? —repitió Bruno. Ese era el día de la reunión de exalumnos de la Universidad de Puerto Claro.
Bruno tenía la intención de usar ese evento para promocionar Joyería Runo entre sus amigos, profesores, y otros exalumnos adinerados. Ciertamente esperaba que el señor Acevedo tuviera la intención de reunirse con él en la mañana para que aún pudiera asistir a la reunión de exalumnos junto con Clara.
Trató de llamar de vuelta al asistente del señor Acevedo, pero este no contestaba. Así que, todo lo que Bruno podía hacer era esperar.
—¿Quién era, Bruno? —preguntó Beatriz.
—Era... em, el asistente del señor Acevedo. Nos vamos a reunir el próximo viernes —respondió Bruno.
—¿En serio? ¿Cuándo? —preguntó María—. Deberías llevar a Clara contigo.
Bruno estaba confundido. Miró a Clara, quien sorbía su malteada inocentemente. Negó con la cabeza y respondió: —La presencia de Clara solo podría encender la ira del señor Acevedo. No sabemos qué le habrá dicho Raquel al señor Acevedo sob