—¿Cómo pasamos esto por alto, Carlos? —exigió Adrián. Estaban dentro del estudio de Adrián, discutiendo sobre Bruno a las ocho de la noche.
—Señor, me disculpo. Nos enfocamos en su madrastra —dijo Carlos con arrepentimiento—. Pero haré que alguien siga a Bruno de ahora en adelante.
—Hazlo y monitorea a toda la familia Martínez —instruyó Adrián—. ¿Y cómo están Bruno y Clara? ¿Cómo progresaron para casarse? ¿No le has dado pistas al señor Benítez sobre la ubicación de Clara?
Inicialmente, Adrián tenía la intención de dejar que Bruno creyera que había encontrado oro con Clara. Planeaba hacer que Bruno sufriera más tiempo haciéndolo casarse con Clara y criar a su cuestionable hijo. ¿Por qué? Porque Adrián aún estaba tratando de ganar el amor de Raquel y no quería que Bruno regresara corriendo hacia ella.
Sin embargo, las cosas habían cambiado. Adrián ahora estaba confiado del amor de Raquel. En consecuencia, podía acelerar sus planes para arruinar a Clara, Bruno y su familia.
—Sí, señor. E