Capitulo 23

El tiempo pasa como el doctor sale, avisándome que estaba bien, que le dé un medicamento que le había traído.

Le hago caso y desaparece por las escaleras. Yo tengo una rampa especial para subir y bajar. Y creo que eso haré... pero tengo que cuidarla, es mi deber.

No puedo dejarla sola, y en parte de eso me llena un poco de culpa. Ya la dejé sola un tiempo atrás, aún no puedo olvidar sus ojos tristes.

El rostro de decepción, los ojos llenos de lágrimas. Toda esa imagen, aún me persigue durante mucho tiempo. Muevo la cabeza de un lado al otro intentando olvidar.

Dos horas más tarde, me estoy quedando dormido. Aunque una voz y un golpe en mi mejilla me despierta rápidamente.

Me sobresalto, apoyo mi mano en mi mejilla adolorida.

—¿P-por qué estoy desnuda? —preguntó exaltada Briana.

Se había puesto de pie, y estaba centímetros de mi rostro roja.

—Tenías fiebre, te puse compersas de agua tibia y...

—¡¿Y q
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