Brianna
—¿Qué has hecho? —comentó enojado lautaro mientras me tomaba el cuello.
—No hice nada —dije y estoy poniendo los ojos en blanco.
—Lo hiciste, yo te vi —dijo gritando, y empujándome contra la pared.
—¿Me harás el amor de nuevo? —pregunté divertida, mientras él gruñía.
—Te dije que no te acerques al idiota de Genaro: es mi mano derecha, pero él no tiene derecho a presentarte otros hombres.
—¿Por qué no? —pregunté, mientras fumaba un cigarrillo.
—Porque no, eres mi mujer punto lo voy a matar, lo voy a matar —volvió a repetir.
—Lautaro, el solo me presentó a un hombre. El hombre es su sobrino y lo saludé, no pasó nada —comenté poniendo los ojos en blanco.
—Da igual. Si