Lo aplastaré.
Pasaron tres días y Peter aunque de manera algo lenta iba recuperándose. Anna se mantuvo en el hospital todo el tiempo negada a regresar a casa y dejarlo solo. Ese día Josefina salió de viaje para ir a ver a su hijo, estaba muy preocupada por su salud, así que estaban esperando por ella.
—En un rato mi chofer vendrá por ti para llevarte a casa. —Peter se empieza a preocupar por Anna, pues tiene mucha responsabilidades y ya comienza a tener bolsas debajo de sus ojos.
—No me quiero separar de ti, por favor no me envíes de regreso a casa. —reclama ella haciendo pucheros, pero él no estaba dispuesto a dejarse convencer.
—Falta poco menos de una semana para tu reunión con los representantes Europeos, y es muy posible que Alessandro venga en compañía de mi madre, así que debes estar preparada Anna.
—Escuchaste a la doctora, ella dijo que muy pronto estarás de vuelta en casa, las chicas están pendiente a todo y yo me mantengo hablando con ellas mediante videollamadas.
—No eres una niña peque