- Por el momento no podemos hacer eso, la sentencia no está dictada y usted es uno de los más afectados por sus actos, por favor espere hasta que se le dicte una – expresó Luis.
- ¿Cómo me pide esperar? Me pone en una situación difícil, todo lo que me dice me tiene sin cuidado solo quiero verlo y que me cuente la misma historia y ver su apatía, ese chico me mintió, dijo que iba a buscar a mis hijos y resultó ser el asesino, necesito respuestas – habló con euforia el señor Bell.
- Lo entiendo y sé… - estaba diciendo Luis.
- Interrumpió bruscamente el señor Bell – ¡Entender que cosa! Me dice tantas cosas sobre mi hijo y no puede dejarme hablar con el que se supone que lo hizo, todo lo que dice está mal.
Levemente tenía pensamientos e interrogantes para el asesino de sus hijos, porque contaría la historia con un tercero y además ponerse solo la soga al cuello.
El señor Bell si que intentó hablar con él, aunque se movió por donde más pudo, no enco