Diario de una virgen americana
Diario de una virgen americana
Por: Avg96
Prólogo.

Septiembre de 2015.

—¿Cómo te va ?

— Me gusta. Es grande. He hecho muchos amigos.

Sonrío mirando sus ojos mediante la pantalla de mi portátil. Lo extraño. Necesito verlo en persona.

Octubre de 2015.

— Ahora no puedo hablar. Unos amigos probaran suerte en una de las fraternidades. Me dijeron que lo intentara.

— ¿Cómo se llama la fraternidad?

— Son los Iκαρος.

—De acuerdo. Suerte.

Octubre de 2015.

—¿Lo lograste?¿Entraste a la fraternidad?

— Si. Me gusta muchísimo. He conocido a personas muy importantes y creo que me he ganado la confianza de su jefe.

— ¿En serio? Me alegro mucho.

— Te dejo. Ahora hay una fiesta.

Diciembre de 2015.

—¿Por qué no vuelves para navidad?

— No puedo. Debo...debo atender unos asuntos.

—¿Qué asuntos?

— No puedo decirlo. Lo siento. Te prometo que te compensaré.

— Olvídalo. Siempre me dices lo mismo.

Cuelgo molesta.

Enero de 2016.

— Hola.

Me quedo en silencio. No sé que decirle. No lo reconozco. Él es otra persona.

—¿No me vas a decir nada?

—¿ Qué está pasando? Por favor, necesito saber.

— Nada.

— ¡Y una m****a! No me escribes. No hablas conmigo. Estás diferente. Incluso empezaste a fumar.

Sus manos están temblorosas. Prende un cigarro. Sus ojos están rojos.

— Tengo...tengo muchas responsabilidades dentro de la fraternidad. Lo siento.

—¿Lo sientes?¿Lo sientes? Creo que...creo que— Suspiro— Es...es mejor que no me llames más.

—¿Estás segura?

Me quedo en silencio un instante. Respiro para no llorar frente a él.

— Si.

Marzo de 2016.

Mi móvil suena a mitad de la noche.

—¿Hola?

Siento un llanto y una respiración entrecortada.

— Hola.

Mi corazón se acelera. Es él.

—¿Qué pasa?

No habla. Se queda en silencio por un largo rato

— Lo...lo siento. No debí meterme en esto. Lo siento de verdad. Lo siento.

— Cálmate. Por favor¿Qué pasa?

— Lo siento de verdad. No debí nunca jugar con él.

—¿Con quién? ¡Dime qué pasa! ¡Voy para allá!

—¡No!

Me paro en seco con el móvil en mi oreja y con las llaves de mi auto en la mano. Él no para de llorar. Traga en seco.

— Escúchame bien. Aléjate de Blind Hills, aléjate de Iκαρος y...y aléjate de las alas.

Cuelga.

—¿Ray?¿Ray?¡Ray!

Llamo. Vuelvo a llamar. Nada. Lo intento unas diez, quince. Treinta veces. Nada...

Esa fue la última vez que hablé con él. Nunca más supe de Ray.

Nadie sabe. Desapareció sin dejar rastro.Yo fui la última persona que él llamó antes de su desaparición.

La policía no pudo hacer nada. Les dije lo que me había dicho. 

Sin embargo. Investigaron y él nunca perteneció a esa fraternidad. Lo vieron varias veces en fiestas y esas cosas. Pero no hay ningún registro, ningún testigo que afirme que él vivía en ese lugar.

Hoy hace dos años de su desaparición.

Y yo voy a descubrir la verdad.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo