Al salir del hospital el rostro de aquella chica no salía de mi mente alce mi mirada y el auto de Ezequiel aún estaba estacionado, me acerque pensado que ya se había ido, cuando me miro hizo una señal con su cabeza para que entrara, en silencio sin decir nada camine hasta la puerta para entrar al auto. En silencio arranco el auto.
—No fui hacerle daño si es lo que estás pensando, solo quería saber si estaba bien, es una buena chica —dije después de un largo rato de silencio nos acompañó.
—¿Qué le contaste? —me giré para mirarle conducir con expresión seria en su semblante.
—No fue importante… solo me pregunto por mi vida.
—Me dijo que te diera la oportunidad de escuchar tu historia, bien… habla, te daré la oportunidad que no pudiste hallar a decirme nunca. —Mi estómago se revolvió, ¿oportunidad? No sabía si realmente podía hacer eso. Ya me había resignado hacer ante sus ojos lo que realmente era… su enemiga, la persona a la que debía cuidarse.
—Ezequiel… haces bien en no creerme, ya e