Aún desconfiado de su hijo, Oliver no dijo nada, solo asintió con la cabeza.
— Está bien, me voy entonces — habló, caminando hacia la puerta, pero antes de salir se giró hacia Henri con semblante serio. — Si quieres, puedes tomarte el día de mañana para ir a escoger las alianzas de tu boda. Cómprale