En señal de acuerdo, Gael extendió la mano hacia Saulo.
— Prometo que nunca tendrá que llegar a ese punto, suegro — dijo con confianza.
Saulo entrecerró los ojos, evaluando si debía estrecharle la mano o no. Por más que quisiera resistirse, sabía que no había elección. Todo ya había sucedido y, en e