Oliver se dio cuenta de que lo que había dicho fue malinterpretado por su hijo.
— ¡Porque tú eres mi hijo! La sangre que corre por tus venas también es la mía, y este siempre fue y será tu lugar.
— Papá, solo escúchame. Me está gustando esta experiencia aquí, y ya soy un adulto. Déjame tomar mis pro