Al ver lo que realmente estaba pasando, Saulo comenzó a ponerse nervioso con la situación.
— Tranquila, respira hondo — dijo Saulo, desesperado.
— Estoy tranquila — respondió ella con calma.
— Voy a buscar las cosas del bebé, tú no te muevas ni salgas de aquí por nada.
— Espera, voy a darme una duch