En medio de la noche, Luz se encuentra envuelta en un dolor intenso.

Cada parte de su ser le grita que necesita ser arrancada.

Esa pesadilla que estaba arrollando cada uno de sus sentidos parecía no tener fin.

Su cuerpo, sus huesos y su cabeza estaban envueltas entre la confusión en medio del bosque.

— ¿Qué está pasando?— Decía ella al mismo tiempo que todo su cuerpo le gritaba que corriera, que huyera, que se alejara de ese lugar.

La humedad y el bosque la hacían sentirse completamente expuesta.

En ese momento, una loba se materializa frente a ella.

Sus colmillos estaban fuertes y expuestos. Las zarpas se atascaban en las rocas en las que estaba parada.

El pelaje de la loba es rojizo oscuro… como el tono de la sangre cuando está a punto de secarse.

Sin embargo, solamente con ambas se conectándose con la mirada, Luz lo siente…

Una fortaleza impregnándose en sus huesos como si se tratara de una especie de pegamento.

Su respiración se acelera, el dolor se intensifica y a pesar de des