Capítulo 14.
El tiempo se vuelve eterno, el carruaje se movía de manera perpendicular, como si estuviera en una especie de columpio, era desesperante para Alena, sólo le recordaba cuando iba en la jaula directamente a un lugar desconocido, destruida por dentro y por fuera.
— Necesito salir a tomar aire a este paso me volveré loca…— Dice frustrada tenía horas pensando en lo mismo, la mirada de Randolf, el calor que emanaba de su cuerpo, y lo que sentía no solo en su pecho o la picazón de sus manos por tocarlo sino otra sensación inquietante entre sus piernas.
Algo completamente nuevo…
E interesante.
— No creo que sea correcto— susurra Johana, quien estaba atenta a cualquier movimiento de Alena la indicación de su alfa era clara.
No dejar de observar y cuidar de ella un solo instante, además de ser su amiga era el único lazo con la libertad que había recuperado y no estaba dispuesta a perderla.
— No importa necesito estirarme además ya está por amanecer, y no hemos parado— Alena se envuelve en la ga