Capítulo 144.
La Luna y Johana llegan a la habitación secreta en medio de jadeos, con el poco oxígeno y además la tierra flotando en el aire ante los golpes de los enormes y contundentes maschlas que parecían marros golpeando desde la base de las paredes del castillo.
No había mucho que hacer.
— No está…— Declara ella impactada— Mi cachorro no está…
El lugar estaba completamente vacío.
— No, no, no, se lo llevaron. ¡el demonio se lo llevó, no, no pueden haber me lo ha quitado de nuevo! — Grita Alena desesperada hiperventilando, sus pulmones están vacíos a pesar de intentar respirar.
Ella jadea al mismo tiempo que se encuentra con una pequeña cobija en tono turqueza en el suelo y una nota con la letra de alguien que podría identificar de manera inmediata.
— Irvin… maldito desgraciado— susurra ella al mismo tiempo que lee la nota.
* Sabía que eras tú. Sabía que vendrías por este maldito cachorro, sin embargo, ahora es algo que puedo utilizar a mi favor. Ven por él si tanto es que lo amas. Demuéstra