Pov Narrador
Habían pasado milenios desde que Isa había recorrido aquellos jardines que hoy no eran nada comparados con lo que recordaba.
Los ladrillos grises de los muros tienen enredaderas secas y marchitas que se tejen como una red de telarañas, extendiéndose por las estatuas rotas y el suelo de piedra.
Camina hasta la entrada del castillo lujubre; las torres que se alzan casi hasta el cielo están cubiertas con nubes espesas a punto de dejar caer la lluvia.
Su presencia brilla e ilumina aquel lugar, alejando las oscuras sombras que acechan en las esquinas y los altos techos cónicos.
Sube las escaleras hasta llegar a un puente colgante que la lleva a la torre principal, donde está la alcoba de Amre.
Sus ojos se van llenando de tristeza; los hermosos recuerdos con su amado pasean en su mente antes de que la codicia lo cegara.
Empujó las puertas dobles de hierro y allí, sobre la cama, estaba Leina.
Su piel pálida le daba un aspecto enfermizo, con marcas de mordeduras e