capítulo : 3 Un nuevo empleo y un agradable vecino

Scarlett

—Supongo que he perdido mi oportunidad.

Murmuro en silencio sentada en este deprimente parque a unas cuadras de la empresa de la que prácticamente salí corriendo.

¡Le lancé el café al maldito jefe!

Si alguna vez tuve oportunidad de conseguir un trabajo, acabo de tirarlo por la borda. Mi plan era conseguir un puesto ahí, no solo por el salario sino porque es la empresa rival de Linewood.

Mi antiguo trabajo, y quiero demostrarle a Dany que no solo puedo verme mejor, sino que puedo conseguir un buen trabajo en la empresa que durante años los ha dejado en segundo lugar.

Pero todo eso se fue a la m****a cuando el insufrible sujeto sin pinta alguna de CEO me trató mal y tuve que ponerlo en su sitio. Los CEO no llevan café o usan una identificación. Aunque de igual forma su actitud despectiva fue demasiado desagradable.

¿Acaso todos los hombres son iguales?

Miro mi ropa sin entender qué tiene de malo. No soporto que todo en esta vida sea apariencia. Nací en una familia simple, trabajé toda mi vida para vivir de una forma digna y estudié día tras día para encontrar un buen trabajo, así que después de conseguirlo solo decidí dejar de preocuparme por mi aspecto físico.

Mi trabajo fue recompensado, obtuve más logros que cualquiera de los pasantes que ingresaron a la empresa en el mismo año que yo y pensé que estaba bien hasta que Dany apareció en mi vida.

Al principio no podía creer que alguien tan guapo como él pudiera estar interesado en mí. Traía café o algún aperitivo para mí hasta que acepté salir con él un año después.

Me pongo en pie acomodando mi bolsa para caminar hasta la parada del autobús. Me conoció así, por eso no entiendo sus palabras o la forma que me trató después de cuatro años de relación.

¿Que no tenía aspiraciones? ¿Qué no cuidaba de mí?

Cómo podría hacerlo, he trabajado durante años. Conseguido superar mis metas en la vida profesional y de verdad pensaba que todo estaba bien hasta que esto sucedió. Limpio mis lágrimas justo cuando llega el autobús, conseguí un departamento en un lugar bueno de la ciudad, mis ahorros se fueron en ese maldito sitio, pero quería demostrarme a mí misma que podía conseguir un sitio mejor para vivir, aún quiero superar a Dany en cada cosa que me reprochó, pero el trabajo se fue al carajo.

Subo hasta el final del autobús, espero a que este comience a andar y estoy concentrada en la ciudad que pasa lentamente fuera de la ventana hasta que mi móvil vibra.

La notificación que ilumina mi pantalla es de un número extraño, coloco rápidamente mi huella en el celular y mi respiración se detiene ante las palabras en mi pantalla.

«Estimado aplicante, usted ha sido aceptado para trabajar en Woodworld, debe presentarse mañana a las ocho en punto en la oficina de recursos humanos para conocer las condiciones del contrato.

Cordialmente el equipo de administración»

Parpadeo varias veces sin creerme realmente que acabo de conseguir el empleo. El autobús se detiene en mi estación y corro de prisa para bajar de él.

¿Lo conseguí? ¡Realmente lo conseguí!

—¡Sí lo hice!

Grito en medio de la desolada calle, la noche acaba de caer, así que me apresuro a ir por mis cosas al hotel donde las dejé ayer en la noche.

Pago la estadía antes de tomar el autobús una vez más. Soy tan feliz que ni siquiera me importa que el lugar esté repleto de personas.

Bajo en mi parada arrastrando la maleta y las dos bolsas que son lo único que me pertenecía del departamento de Dany.

No tardo mucho en subir la cuesta que me separa del nuevo edificio departamental donde gaste todos mis ahorros. El portal es bastante elegante, tiene un portero que se encarga de la seguridad e incluso un garaje subterráneo con clave de acceso, lo cual sin duda alguna me parece excelente.

Dany no tenía de esos en su edificio y estoy haciendo todo esto para demostrarme a mí misma que puedo tenerlo todo e incluso más. Subo al elevador hasta mi nuevo piso y aunque ni siquiera lo he visto por dentro o he podido arreglar las cosas que el camión de mudanza trajo. Me alegra estar aquí. 

¡Puede obtener el trabajo!

Puedo seguir mi plan como tenía planeado y aunque ese sujeto del elevador me pareció desagradable, parece que en esa empresa realmente valoran el conocimiento ante todo.

El elevador se detiene en el piso diez. El lugar es de un color gris uniforme que contrata con las puertas de metal negras que dan acceso a los departamentos.

Camino hasta la puerta veinticuatro e intento marcar la clave que el agente de ventas me dió. El teclado hace un sonido extraño, se pone completamente en rojo y luego se apaga.

Intento dos veces más, pero sucede lo mismo.

«Clave inválida»

Aparece en la parte superior del teclado. Maldigo para mis adentros intentándolo una vez más antes de perder completamente la paciencia. Rebusco en mi bolsa la tarjeta que me dió el agente de ventas y contesta al décimo tono.

—¿En qué puedo ayudarle?

—Hola, soy la nueva propietaria del departamento veinticuatro en el edificio Hillfil. ¿Me recuerda?

—Por supuesto señorita. ¿Sucede algo?

Miro la puerta con roña antes de responder.

—La cerradura electrónica dice que el código que usted me dió es incorrecto y se apaga completamente, no puedo entrar a casa, señor.

—Oh, lo siento, hoy en la mañana el propietario del edificio ordenó cambiar las claves de acceso, así que su puerta estará bloqueada hasta mañana en la mañana, cuando podré colocar el código estándar y luego configurar la puerta.

—¿Mañana?—grito—¡No tengo donde dormir! ¡Se suponía que me mudaría hoy!

—Lo siento, señorita, no puedo ayudarla hasta mañana. Consiga un hotel, por favor.

—¡Un hotel!—golpeo la pared—¡Dormí en uno anoche y toda esta semana! ¡Pagué para tener una casa donde vivir desde hoy! ¡Esto es un pésimo servicio!

—Lo siento, no puedo hacer nada.

La llamada se corta después de esas palabras. Las ganas de matar al maldito agente o a todos los hombres en general   hace que parte mi maleta tan fuerte que esta rueda hasta la puerta contigua golpeándola con fuerza, corro para tomarla, pero dicha puerta se abre en ese momento.

Un chico de cabello rubio tan blanco como puedes imaginar aparece ante mí, lleva una playera sin mangas que cuelga sobre su pantalón de chándal.

—¿Acabas de golpear mi puerta?

Dice divertido, camino hasta donde está él para pedirle disculpas.

—Perdón por molestarlo—le digo—Estoy en la calle y mi agente de ventas acaba de colgarme así que…

Él abre su puerta por completo, se cruza de brazos con una sonrisa algo extraña y siento una extraña sensación cuando sus ojos me miran.

—Puedes pasar, si lo necesita—señala su casa—luces un tanto estresada¿Te invito a un café?

—Oh, no yo no…

—Por favor—insiste—eres mi vecina ¿Verdad?—extiende su brazo—no podría dejarte en la calle, sería muy descortés de mi parte.

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