Mientras esto ocurría en el hospital una furiosa Anahí rompía todo a su paso al llegar a casa. Ella quería darle una lección a esa maldita de Dana, pero no había podido y todo lo había salido muy mal, pero eso solo la motivaba a seguir intentando, esa maldita mujer le había robado todo lo que le pertenecía y el único camino posible era la muerte, y si su Vincenzo se oponía, entonces él también tendría que morir. Ella ya estaba cansada de solo recibir rechazo de parte de ese hombre que le pertenecía, por lo que ahora era momento de cambiar de planes y una idea se vino a su mente.
Ambos debían morir, eso era lo mejor, si ella no podía ser feliz, nadie lo sería, de eso se encargaba ella como que se llamaba Anahí Valles, y a un Valles nadie le dice que no.
Con esta idea en mente, tomó su teléfono y realizó una llamada que había evitado hacer, quería agotar todas las posibilidades antes, ella estaba segura de que ese hijo que esperaba haría que Vin se atara a ella de manera firme y segura,