54 - Odio este plan.
La idealización de un plan estratégico, no estaba llevándonos a ningún lado. Literalmente estábamos discutiendo por todo, y mi humor no ayudaba en nada, especialmente, cuando el hombre que pretendía a mí mujer, y al que creí muerto, en realidad está vivo, sonriéndome.
— ¿Puedes dejar de mirarme así? — dice de repente el susodicho.
— ¿Cómo?
— Como si quisieras matarme — responde.
— Es lo que realmente quiero hacer. Aún no olvido que besaste a mí mujer — Le recuerdo.
— Lo cual, despistó a tu hermano psicópata y mandó a matarme y no a ti — manifiesta. Siempre con esa sonrisa de arrogancia, dibujada en su rostro de niño bonito.
¡No lo soporto!
— ¿Pueden dejar de pelear? Mi hija está prácticamente cautiva en su departamento y en la empresa, no puede comunicarse libremente con ninguno de nosotros, y ustedes solo se pasan, peleando por algo irrelevante. — La voz de la madre de Kerianne, sale rasposa, como si estuviera a punto de romperse frente a nosotros —. Quiero a mi hija de vuelta,