39. Ya no puedo confiar en nadie.
Frente a mí está Tania muerta de miedo, sus manos están temblando y sus ojos piden auxilio.
—Bajen las armas —ordeno y todos los hacen.
—¿Esta chiquilla te conoce, cierto? —pregunta Erik. Yo asiento —. ¡Carajo! —exclama entre dientes.
—¡Eres una completa estúpida! —Sharon le dice a Tania.
—Acércate —ordena Erik.
Ella lo duda un momento y empieza a caminar hacia acá. Sus ojos están bien abiertos sin poder creer lo que ve. A mí.
—Vas a...
—Yo me encargo —hablo interrumpiendo a Erik—, sé perfectamente lo que le tengo que decir.
—Con dos palabras yo puedo mandarla a volar y que no se aparezca por aquí —interviene Sharon.
—Tú cállate, yo hablo con ella —Sharon me mira mal y empieza a caminar hacia adentro.
—Espero que sepas qué hacer —me susurra Erik, me da un pequeño beso y se va ante la mirada de Tania.
Ahora mi vista está hacia ella mientras trato de acuchillarla con ella. La tomo fuertemente del antebrazo y la arrastro hacia la salida.
—¿Qué estupidez acabas de hacer? ¿Sabes en lo que