Luego de bajar por escaleras, ignorando los llamados de mi madre para ir a comer, empecé a caminar con sólo un lugar en mente. Sharon. Ella tiene que saber que está pasando, que significan estos papeles que están en mis manos, que significa que mi madre llore a cada rato, y que esté tan agobiada.
Toco el timbre de la gran casa que está frente a mí, espero impaciente y al rato me abre la puerta una señora del servicio.
—Sharon —es lo único que digo. Ella me da una mirada rápida y se va por un momento, luego regresa diciéndome que está en su habitación.
La señora me guía hasta la habitación. La puerta tiene una gran S dorada en t