CAPITULO 2

Karen se congela cuando sintió sus labios sobre los suyos, sus manos golpearon su pecho, pero Vladimir las toma ambas y las coloca encima de su cabeza.

Siente la fricción de sus cuerpos y ella quiere patearlo pero sus piernas no le permiten hacerlo, cuando sus labios ya no son prisioneros le grita que se quite de encima, Vladimir lo hace y con una sonrisa saborea sus labios pasando su lengua mientras delinea sus labios. Disfruta del rostro rojo de la castaña ya que pudo sentir por un breve momento como ella le correspondió el beso.

― ¡Qué demonios cree que hace! ―grita molesta ― ¡Soy una mujer casada!

―Lo sé.

Las puertas del ascensor se abrieron y Joseph estaba afuera, Karen salió enseguida, tomó la mano de su esposo y se alejó lo mas que pudo de Vladimir mientras este solo podía verla alejarse de él como si fuera una plaga

“¿Acaso no le gustó? Ja, no importa porque yo si lo disfruté”

Al llegar con su acompañante, esta le reclama porque se tardó demasiado y ya había terminado. Pero el nota que la castaña también iba a bucear por lo que tomó de la mano a su secretaria y la arrastró hasta barco.

Después de tranquilizarse intentó olvidar el incidente del ascensor y pasar un rato agradable con su esposo, pero no pudo hacerlo ya que Vladimir estaba en el mismo yate que ella.

― ¿Estas bien? ―preguntó Jhosep al verla nerviosa

―Si, solo estoy mareada.

―Te dije que era mala idea venir a bucear con tiburones.

―Amor, es emocionante, además no entiendo porque dices que es mala idea, tu me dijiste antes que te parecía realmente emocionante por la adrenalina que te hace experimentar.

―No recuerdo haber dicho eso.

Su respuesta fue extraña ya que estaba segura que él le había dicho lo contrario, después de terminar el buceo, Karen se dio cuenta que fue la única que se divirtió, en cambio su esposo parecía desesperado por bajar por lo que se le ocurrió dejarlo hacer lo que quisiera esa noche y su respuesta le sorprendió, pero al final quería que también se divirtiera y aceptó.

Nuevamente se encontraba sola en la habitación mientras que su esposo se encontraba en el casino del hotel, eso le preocupaba ya que no quería que se volviera vicioso a los juegos.

“pensé que seria una luna de miel diferente”

Perdida en sus pensamientos pensaba en que no estaba haciendo las cosas bien y por eso su esposo preferiría estar en el casino que estar con ella, ni siquiera habían hecho el amor y eso la decepcionaba mas porque si ayer había llegado hasta la mañana siguiente podía imaginar que seria lo mismo nuevamente esa noche.

No quería cenar encerrada en su habitación así que se arregló para sorprender a su pareja en el casino. Asi que al bajar lo buscó por todos lados, pero, no lo encontró por ninguna parte, incluso fue al bar y aun así no lo encontró.

Horas buscándolo y al final terminó cenando sola y volviendo sin compañía a su habitación. Se preguntaba donde se encontraba su esposo mientras esperaba que las puertas del ascensor se abrieran, al salir del elevador sus pies temblaban y todo le daba vueltas, terminó bebiendo en exceso y a penas podía mantenerse de pie.

—Tan..to que me esforcé… en arreglarme… y al final… termino sola… como un perro de la calle…

Se ríe consigo misma mientras con torpeza intenta abrir la puerta pero se da cuenta que estaba abierta, su mente le decía que su esposo llegó antes para estar con ella así que entró sin encender las luces y se desvistió antes de subirse a la cama.

Sonriendo se metió por debajo de las sabanas para sorprender a su esposo con un sexo oral, pues muchas veces se lo pidió pero ella le dijo que no sucedería hasta que fueran marido y mujer. Por un momento tuvo problemas y se sintió confundida ya que sentía que el falo de su esposo era mas grande lo habitual.

—Te… voy.. a sorprender

Escuchó un “que” de parte de su pareja, pero luego de escuchar sus gemidos entendió que estaba haciéndolo bien así que continuó y se detuvo al sentir que llegaría al clímax. Gateando se aproximó a él siguiendo su cuerpo, reparte besos sobre su pecho hasta subir a su cuello y llegar a sus labios y se detuvo por un momento al sentir que la textura era diferente, pero luego lo olvida cuando su mano atrapa su nuca para continuar el beso que fue subiendo de intensidad, un beso tan voraz que la hizo mojar su entrepierna en cuestión de segundos, su cuerpo hervía y gritaba de excitación exigiendo mas y mas sin detenerse.

—No, no… no. Te… apenas… estamos empezando cariño —sonríe mientras lo besa —Ahora… demuéstrame que tanto puedes domar a hembra.

Al sentir la primera embestida soltó un gemido acompañado de dolor por la fuerza que usó, pero todo se queda en blanco para Karen cuando sintió el placer afrodisiaco que su cuerpo experimentaba y que iba en aumento cada vez que su esposo le hacia cosas que nunca antes le había hecho.

—Cariño… estas lleno de sorpresas..

Gemía extasiada, aferrándose del cuello de su acompañante para no caer ya que se encontraba en sus brazos mientras disfrutaban del sexo.

Después de una noche llena de placer Karen se quedó profundamente dormida, recordando la salvaje noche que tuvo despertó para poder ver a su esposo mientras dormía, pero palidece al ver que no era su esposo quien estaba con ella si no Vladimir.

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