“Es el infierno”, pensé “y él es el demonio en persona”.
No podía apartar la mirada de Donovan, hacia un sonido parecido a un sutil ronroneo que iba aumentando de agresividad hasta gruñir con violencia.
-Bueno, no puedo ser más afortunada. ¿Cierto?. - eso lo hizo guardar silencio y ya no había el vacío en su mirada, estaba atento a mi con un enrojecimiento alrededor de sus ojos.
-No te voy a tocar. - los gruñidos habían desaparecido.
“Está perdiendo”