Riana sentía mellada su autoridad y cuando llegó al negocio de su madre y vio a varias damas de sociedad, preguntó.
—¿Qué sucede?
—Se va a realizar un evento de demostración para unas damas.
Eso le gustó, su madre siempre dio exclusividad a sus amigas más cercanas. Supuso que hermosas modelos harían la presentación.
Priscila ultimaba los detalles.
—Valery este vestido y este otro —le entregaba—, recuerda que es una pasarela de exhibición y que la gente debe de ver la ropa y sus detalles.
—Claro.
La joven corría al interior y su hija se acercó.
—¿Tendremos un evento especial?
—Quiero mostrar varias prendas a unas amigas que desean comprar.
—Excelente, ¿puedo ayudarte en algo?
—Estoy cubierta, pero gracias.
Entonces le pidió a su hija.
—Encárgate de que las bebidas y entremeses sean servidos oportunamente.
—Claro.
La pasarela estaba lista y de repente el desfile comenzó. Las modelos salían exhibiendo modelos exclusivos y las señoras analizaban cada modelo.
La señora Canon y su hija esta