Cap. 18 Los retos de Valery
—Tiene ganas de vivir y me gusta, me recuerda a ti.
Priscila no se conmovía con nada, pues su pasado era muy triste. Si no hubiera conocido a Reynaldo su vida sería otra.
—Eso es nuevo.
—Mamá, supe que te acercaste a Valery, ella no sabe quién soy.
—¿Y cuándo le dirás?
—Cuando sea el momento.
—¿Y pretendes seguir siendo un manejador de yates hasta eso?
—Sí, me va bien, me mantiene ocupado.
—Pues no —dijo rotunda.
—Mamá, por favor.
—Lo siento, esto se acaba, debes volver a ocupar el lugar que te corresponde con tu familia y déjate de andar exponiendo.
Hizo una mueca, siempre implacable doña Priscila, y eso le dolía.
—Mamá, por favor.
—Ya dije que no.
Se levantó molesto y le dijo a su madre.
—Mamá, esto es importante para mí y en verdad quiero que respetes mis decisiones. Amo a Valery.
Ella lo miró y sacó un cigarrillo y lo encendía.
—Dejaste de fumar.
—Lo retomé, me estresas.
Escuchar a su hijo decir con todas sus letras que amaba a esa chica, la anuló, le recordó cuando Reynaldo le gri