Cap. 26 ¡Sorpresa! Y fin
Priscila estaba arreglando lo de la boda de su hijo; era un evento trascendental, su hija la miraba enfurruñada.
—¿En verdad estás de acuerdo con esto?
—Sí.
—¿Por qué?
—Es una gran chica, tiene talento y ama a tu hermano.
—Por su dinero.
—No todo es dinero, cariño.
Ella giró sobre sus pies y llamó a Eduarda.
—¿Qué haces?
—Me divierto, salgo con mi terapista, es rico.
—¿Vas a dejar que mi hermano se case con esa lagartona?
—Querida, es que tu hermano anda de vago y eso no va conmigo.
—No podré contar contigo —cerró molesta.
Nada le salía bien y se puso a llorar de la frustración.
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Agnes le mostraba su vestido de novia a su amiga y ella analizaba la tela.
—Es bellísima, mira, el bordado es perfecto.
—Divino, salí del molde de princesa.
—Tu boda va a ser muy especial.
—Sí, me emociona porque es la boda de mis sueños.
Ella sonrió y le dijo a su amiga.
—Mi vestido va a ser por medio de la empresa, será lindo, creo que demasiado.
Agnes miró a su amiga.
—¿Por qué dices eso?
—Es que parecer