¿Crees en los deseos que se piden con intensidad y el universo conspira para dártelos? Valery creía en los deseos profundos del corazón y el de ella era simple, pero poderoso: casarse con un millonario y justo cuando pedía por eso, un joven apuesto se cruza en su camino y junto con él toda una serie de eventos especiales que volverán su vida diferente. Acompañemos a Valery en la búsqueda de su deseo y veremos si puede conseguir su millonario.
Leer más“Tal vez fue una locura, y lo es, pero no podía permitir que mi mejor amiga se case con un tipo, por muy rico que sea, solo por obligación.
El amor no debía ser tasado por el dinero o por convencionalismos sociales de ningún tipo, solo se debía amar con el corazón y vivir intensamente.
Eso es lo que creía y lo que pregonaba, y cuando frené mi auto frente a la capilla lo supe, no había vuelta atrás”.
Se bajó del auto de inmediato, tenía pocos minutos para poder llegar y sus tacos resonaban en el frío asfalto. Corrió a toda velocidad subiendo las escaleras y gritando.
—¡Detengan todo! ¡Detengan todo!
Todos giraron para ver a la loca que entraba gritando y Agnes se giró, sus ojos estaban llenos de lágrimas y al verla se emocionó.
—¡Paren esta boda!
Todos la miraban, eso la sacó de onda y entonces hizo acopio de valor para llamar a su amiga.
—Agnes, vámonos de aquí.
Agnes se congeló por unos segundos y luego tomó una determinación y tiró el ramo y retrocedió.
—¡Agnes no te atrevas!
La voz de su padre siempre daba miedo, pero retrocedía y de repente corría de ellos, de todos. Ambas salieron como alma que llevaba el mismísimo diablo, y corrían riendo y gritando.
—¡Lo hice! ¡Lo dejé todo!
—Sube al auto.
Se ponía ante el volante y daba marcha al convertible.
—Nos vamos de aquí.
Agnes se quitó el velo y lo lanzó al aire mientras su amiga metía a fondo el acelerador.
—¿A dónde iremos?
—Al sol —gritó…
Iban raudos por la carretera sin rumbo fijo.
**
Playas de Balmoral.
—Se ve bien —decía sacando una pitillera y un cigarrillo—. Me gusta.
El otro le respondió de forma explicativa.
—Es lo mejor que hay en kilómetros, es lo que está de moda entre los pijos de la zona, un sitio relajado, sin complicaciones.
—Perfecto, debimos hacer esto hace mucho.
—¿Nos buscarán?
—Sí, pero hasta que nos encuentren me habré divertido mucho —se estiró caprichosamente.
Entonces notó algo a lo lejos y preguntó.
—¿Eso es una feria?
—Sí, es una gran feria unida al pueblo.
—De lujo.
Ellos asintieron con una sonrisa, pues era hora de divertirse.
**
Manejaron lo más lejos posible y solo se detuvieron para que Agnes pudiera cambiarse.
—¿Y ahora qué haremos?
—Vivir, buscaremos un sitio muy lejano y recomenzaremos nuestra vida.
Agnes se llenó de miedo y, entonces, angustiosa, comentó.
—Mi padre moverá el cielo y la tierra para encontrarme y me obligará a casarme y… —Se le hacía difícil respirar.
—Cálmate, veremos sobre la marcha.
Comenzó a tranquilizarse y fueron rumbo a no sabía dónde hasta que llegaron a un mirador y ambas se quedaron viendo hacia el frente. La paz que sentían en ese momento era enorme.
—Es hermoso.
—Es el mar, podemos buscar trabajo en un hotel.
—Suena bien.
Ambas sonrieron emocionadas. Eran dos chicas preciosas, la una con cabello castaño oscuro y ojos cafés y la otra con una sedosa cabellera negra y ojos negros.
Agnes señaló a lo lejos.
—Eso es una feria.
—Sí, dicen que es la feria de estos lares y según sé es muy interesante.
—Hace tiempo que no voy a una feria, vamos.
—Bien, podemos buscar algo en la feria, trabajo vendiendo palomitas de maíz.
—O como la mujer fuerte.
Manejaron rumbo a la feria. Era de tarde y las luces se encendían conforme los rayos del sol se iban extinguiendo.
Los autos se enfilaban y eran muchos, familias, jóvenes y niños. Los juegos se encendían de luces y la música dominaba el lugar, también el aroma a canguil y a algodón de azúcar.
Ellas iban mirando a todos los puestos y viendo los peluches gigantes que se sorteaban.
Entonces vieron una señalización que decía: Fuente de los deseos.
—¿Te animas?
—Yo, quiero comprar salchichas.
—Anda, yo iré a curiosear.
Fue caminando por un sendero solitario y se topó con una fuente muy linda donde fluía el agua en una cascada de tres pisos y en el fondo muchas monedas.
—Funciona —se dijo, pues nadie invertiría dinero por nada, hurgó en su bolsillo y sacó una moneda—. Veamos si puedes con todo.
Apretó la moneda y pensó un poco. Un deseo podía ser simple, alguna cosa de locos, pero también podía cambiar tu vida por completo.
—¡Ya sé!
No tenía que pensar mucho, si se cumplía su deseo, podía cambiar su vida y la de su amiga para siempre.
—Deseo casarme con un millonario.
Apretó la moneda y la lanzó a la fuente y se escuchó el splash y…
—¿Es en serio?
Saltó en su puesto cuando escuchó que no estaba sola.
—¿Deseas eso?
¿Quién m****a se creía ese tipo? Lo vio acercarse a la fuente y mirar la cantidad de monedas.
—Tanta plata en pendejadas.
Era tan bruto e insensible, que lo vio agacharse y tomar un puñado de monedas.
—Espera ahí, ese dinero no es tuyo.
—Ahora lo es —lo escurría.
—Ese dinero es de la gente que cree que sus sueños se hacen realidad.
—Bien, yo voy a hacer mis sueños realidad —se metía el puñado de monedas en su bolsillo—. Y este dinero me ayudará.
Se agachaba a tomar más monedas.
—Escucha, allí está mi moneda.
El sujeto tomó otro poco de monedas y las sacudió.
—Me alquilaré unas putas y me embriagaré con esto.
¡Qué! No podía permitirlo.
—¿Quieres ese dinero para eso?
—Ese es mi deseo.
Volvía a meter su sucia mano ladrona y tomar otras monedas.
—La gente puede ser tan estúpida al creer que puede conseguir cosas solo deseándolas.
—Claro que se puede, el universo conspira para ello.
Él miró al cielo estrellado y en voz alta le dijo.
—Ok, Saturno, concédeme mi deseo, envíame a las putas más sexis del mundo y mucho alcohol.
Era lo más sucio que había escuchado y continuó sacando monedas.
—Te acusaré.
—¡Qué miedo!
—Te pueden meter preso por hacer eso.
—¿Crees que conseguirás un millonario solo con desearlo?
—Claro, la fortuna me lo dará.
—No creas en esas pendejadas, los millonarios no crecen en los árboles.
—Como si conocieras muchos —se cruzó de brazos.
—Claro que conozco, trabajo para uno.
Eso le interesó en ese momento.
—¿Trabajas para un millonario?
—Sí, y no es nada glamuroso.
Ella lo miró detenidamente, era delgado, pero fornido, tenía buena presencia y le preguntó.
—¿Y qué haces para él?
—Soy su cachifo, hago lo que quiere, compro, barro, ordeno, le consigo putas para su diversión y me gozo en el camino.
—¿Es mayor?
—Claro que no, es… un pillo, joven como solo él puede ser, odioso como todo chico mimado.
Hablaba con verdadero fastidio y entonces ella le comentó.
—Pareces harto de él.
—Odio ser el niñero de un tipo rico, pero paga bien, tanto que te puedo invitar a comer unas buenas pastas.
Ja, lo que le faltaba un chofer invitándola a comer.
—Me llevarías a una fonda barata y con dinero robado, ¡qué lujo!
—Brillante, ¿no crees?
—Claro que no, apuesto a que te gastas el sueldo con cuanta loca encuentras.
Él se alzó de hombros y le respondió.
—Es lo que hay, nena.
—Ninguna nena, tengo planes y no es comer con un venido más que roba los sueños de otros.
—¡Qué delicada!
Ella se fue dejándolo tomando varias monedas y cuando vio a su amiga comiendo una gran salchicha.
—Agnes, ¿cómo va todo?
—La salchicha aquí es de lujo.
—Bueno, tenemos que buscar trabajo.
Caminaban por los alrededores y ella le señaló el sitio de los espejos raros.
—Entremos.
Lo hicieron y sus figuras perfectas ser distorsionaban groseramente.
—Te ves como una vieja podonga.
Valery reía viéndose con la quijada como de dos metros.
—Se me cae el alma al piso.
Salieron riendo a pierna suelta y se toparon con un muchacho de cabello negro que al verlas comentó.
—Vaya, pero miren nada más que bellezas.
Otro fresco, sin duda. Agnes sonrió emocionada, pues era divino.
—Gracias.
—¿Gustan tomar algo?
Ellas se miraron y Valery le preguntó.
—¿Eres millonario?
—No —respondió él y se hurgó en los bolsillos—. Es todo lo que tengo.
Un puñado de billetes y Valery le indicó.
—No es suficiente.
Ambas se tomaron de la mano y siguieron su camino.
—Pues estas.
Se estiró, no tuvo éxito ese día, pero no perdía la esperanza de que todo cambiase.
**
La familia Lugo vivía un terrible momento cuando el anciano y patriarca de la familia enfermó y la única exigencia que hacía era volver a ver a su nieto más querido, el cual, para variar, había desaparecido del mapa. Riana murmuró.
—Cuando lo encuentre lo mataré.
—Entonces el abuelo te matará a ti.
Todos estaban en jaque por el caprichoso muchacho que no servía más que para dar coraje.
—Mi hermano abusa de su suerte, el ser el más querido del abuelo, no le da derecho a abusar de todos.
—Me preocupa lo que puede estar haciendo, lo dejó todo, teléfono, tarjetas, todo.
—Sí, todo hasta el auto de paquete que se había comprado, no hay como localizarlo —estaba cruzada de brazos—. A este paso tendré que contratar a un investigador privado para localizarlo.
No pensó nunca que su hermano menor fuera tan problemático, pero es que lo era y ese era el principio de muchos problemas.
¿Quieres conocer mi trabajo? Pues aquí encontrarás todas mis novelas en esta app. Recuerda, hay humor, suspenso, drama, romance, conflictos, aventuras y mucho más. Todo con el sello de La Pluma.Sinopsis Padre soltero buscaMareska Roberts, es una niña rica del norte de Ciudad Capital. Su padre es un importante empresario. Todo iba bien en su vida hasta que su padre le presenta al enigmático, Zeus Dimitrios, un empresario apuesto y viril, pero el oscuro secreto que oculta hace que la joven desee huir de él y finja su muerte.Troy es un joven viudo con una hija de siete años que perdió a su esposa y ahora desea rehacer su vida junto a una nueva mujer. El destino los une de forma insólita para vivir una intensa historia de amor y peligro.Sinopsis Todo lo que quiero eres tú¿Qué pasaría si te enteras de que tienes dos hijos de un millonario? Narel Jones es una joven cuyo mayor sueño es ser madre soltera y toma la decisión de recurrir a una inseminación. Lo que no se sabe es que usan el s
Priscila estaba arreglando lo de la boda de su hijo; era un evento trascendental, su hija la miraba enfurruñada.—¿En verdad estás de acuerdo con esto?—Sí.—¿Por qué?—Es una gran chica, tiene talento y ama a tu hermano.—Por su dinero.—No todo es dinero, cariño.Ella giró sobre sus pies y llamó a Eduarda.—¿Qué haces?—Me divierto, salgo con mi terapista, es rico.—¿Vas a dejar que mi hermano se case con esa lagartona?—Querida, es que tu hermano anda de vago y eso no va conmigo.—No podré contar contigo —cerró molesta.Nada le salía bien y se puso a llorar de la frustración.**Agnes le mostraba su vestido de novia a su amiga y ella analizaba la tela.—Es bellísima, mira, el bordado es perfecto.—Divino, salí del molde de princesa.—Tu boda va a ser muy especial.—Sí, me emociona porque es la boda de mis sueños.Ella sonrió y le dijo a su amiga.—Mi vestido va a ser por medio de la empresa, será lindo, creo que demasiado.Agnes miró a su amiga.—¿Por qué dices eso?—Es que pareceré
—¡Valery! —gritó Agnes—. ¡No, maldito!—¿Qué vas a hacer ahora?Heriom Se burlaba de ella.—¿Qué vas a hacer ahora sin tu amiguita?Valery caía en aguas profundas y sin poder defenderse. Brandon llegaba en esos momentos y vio a la joven caer y se lanzó al agua a ayudarla.—¡Cómo pudiste hacerle eso a mi amiga!La risa de Heriom se congeló cuando la joven sacó el cuchillo.—Nunca te perdonaré que hayas puesto mi vida en riesgo.—No tienes agallas para hacerlo.—Veremos…Se acercaba a él con el cuchillo en mano.—Agnes, no seas estúpida, no tienes agallas para eso.—Soy un Cosvo y daré cara a mi vida.Se le fue encima y él la contuvo, lucharon y Heriom la mandó al suelo, presionando su mano con fuerza para que soltara el cuchillo; sin embargo, Valery no cejaba en soltarlo y él le dio varios golpes.La joven logró cortarlo un poco y él tomó el cuchillo y la hirió en el brazo.Una voz se escuchó en ese momento.—¡Heriom Murcia!Este, al ver al hombre, se levantó sorprendido y recibió vario
Cuando un policía que andaba por la zona vio la cartera tirada, revisó y encontró los documentos de Valery y el número de Agnes.Inmediatamente, la joven fue a reconocer sus pertenencias y, si eran de ella, supo que Heriom estaba metido en todo esto.Lo que no esperó es que Heriom la llamara.—Heriom.—¿Quieres a tu amiga?—No le hagas daño a Valery, por favor.—Calma, solo te quiero a ti, ella no me importa.Engulló saliva por lo que sobrevendría.—¿Qué quieres de mí?—Te quiero a ti, para poder completar la promesa que me hicieron tus padres.—Heriom… No te amo.—¿Quién habla de amor? Quiero una esposa linda, nada más.—Yo no puedo ser tu esposa.—Claro que sí, solo debes esforzarte un poco, me la debes.—¿Qué tiene que ver Valery con todo esto?—Ella es una gran chica y la que te ayudó a huir de mí.—Déjala y yo… Yo… te prometo que iré contigo.—Claro que sí, seremos muy felices.—¿Dónde quieres que vaya?—Te daré la dirección y diles a tus héroes que no intenten hacer nada.—Sí… Es
La explosión levantó agua y algunos residuos de lo que momentos antes fue una fuente decorativa en la parte de abajo del restaurante.Brandon estaba en el suelo protegiendo a Lex y a su abuelo. Se escuchaban gritos y pedidos de auxilio, el lugar estaba lleno de agua y pedazos de cemento.—Abuelo, abuelo… —avanzó a decir.—El anciano se recobraba y Lex también.—¿Qué pasó?Hugh tenía sangre en la frente. Fueron ayudados por parte del personal que los sacaron de allí antes de que se desmoronase parte del suelo.**Valery y Agnes, que andaban por la zona, escucharon la explosión y vieron la nube de agua que se alzó.—¡Dios mío!—¿Qué fue eso?Caminaban hacia el lugar y vieron ambulancias y a la policía que acordonaban el área. Fue en ese momento en que vieron a Brandon salir junto a una camilla y a Lex todo sucio.—¡Brandon y Lex!Intentaron pasar, pero se fueron en las ambulancias. Valery corrió junto con la joven para seguirlos y vieron a Murcia parado del otro lado de la calle mirándol
Agnes se acercó a Valery y le dijo lo que pensaba sobre lo pasado.—Creo que fue lo mejor, ese Orly no vale la pena.—Al menos supe de su boca todo eso.—Me encantó que lo tiraras al agua.Ella sonrió y le respondió a su amiga.—Es lo primero que se me vino a la mente.—Al menos sabes que quien te ama de verdad es Brandon.—No esperé eso de él.—Puedes esperar miles de cosas buenas de él.Valery se fue a cambiar, al menos se había librado de un estúpido millonario y le quedaba luchar por sus sueños.**Orly llegó a casa mojado y golpeado. Cuando su hermana lo vio, dio un grito de asombro.—¡Qué te pasó!—Me agredieron.—¿Quién?No iba a decirle que una mujer, pero nombró al chico ese.—Ese pelado, el manejador de yates.—¿Te pegó?—Sí, me pegó porque le dije algunas verdades en su cara.—¿Él está bien?Orly la miró con fastidio.—Eduarda, eso qué importa.—A mí me importa, ¿le pegaste?—Claro, le di duro —mintió—, pero ese sujeto es un salvaje y me tiró al agua.—Dios mío.—Llamaré a R
Último capítulo