Ivy
El banquete se ha apagado tras nosotros, dejando solo un aroma a vino, carne y miradas febrilmente ardientes. Pero lo que me hiela es su silencio. Lyam camina al frente, con la espalda tensa, con las manos cerradas. Kael y Soren me siguen de cerca. Siento su deseo ardiente, su ira sorda.
Cuando la puerta de sus apartamentos se cierra de golpe tras nosotros, se cae la máscara.
Lyam se vuelve de golpe, con sus ojos negros llenos de excitación y furia.
— No tienes idea de lo que nos haces vivir, Ivy. Esa noche entera... verte sonreír a otros machos... sentir sus miradas devorarte...
Kael gruñe, acercándose, sus dedos enroscándose alrededor de mi cuello.
— Todos te quieren. Pero nunca te tendrán. Eres nuestra.
Soren aparece detrás de mí, con el aliento ardiente en mi nuca.
— Y esta noche, te lo recordaremos.
Se lanzan sobre mí. Literalmente. El vestido vuela en jirones, desgarrado por sus garras, por su impaciencia salvaje. Me quedo desnuda, ofrecida, temblando por una mezcla de excit