Bernard había llegado a casa y dónde creyó que estaba su esposa no encontró a nadie.
-¡Maldita sea!- Gritó a la nada y le dió un puñetazo a la pared
Buscó algo que pudiera hacerlo llegar a su ubicación, ella no podía irse, no podía dejarlo. Si Monique llegaba a solicitarle el divorcio tendría que pagar una buena suma de dinero y dar muchas explicaciones que solo lo perjudicarían aún más.
En la habitación vio que no había ni rastros de su esposa. Ella no había dejado ni un solo perfume, se había llevado todo, cada una de sus cosas. Tampoco estaban las fotos que ella guardaba y todo indicaba que no consideraba volver.
Monique había ignorado sus mensajes y llamadas, ¿Por qué lo hizo? Cuando él se fue y ella se quedó en casa para sus vacaciones había estado entre los dos todo bien. Comenzó a pensar que podría suceder con ella y las preguntas no dejaban de deambular por su mente a un ritmo demasiado apresurado "¿Se fue para no regresar? ¿Viajó con la idea de divorciarse de mi? ¿Cómo di