Juan Pablo es un médico, empresario y uno de los hombres más poderosos de la ciudad. Es un hombre que se enamoró a primera vista de Elizabeth; una mujer que vio cuando iba de camino al aeropuerto. Esta misteriosa mujer lo cautivo con su belleza sin saber nada más de ella, solo el ver el reflejo de su belleza Iluminado con la luz de la noche, bastó para idealizar una vida junto a ella. Juan Pablo llegó al aeropuerto y tomó su vuelo y mientras se dirigía a Ciudad Mónaco, no dejó de pensar en la mujer que vio caminar justo al lado de su camioneta. Elizabeth es una mujer hermosa, inteligente que se dedica a la decoración de interiores, no era de una familia distinguida pero con su talento había ganado reconocimiento en la ciudad. Ella se crío con su nana Susan ya que sus padres murieron cuando ella era niña. Ambos protagonistas vivirán el rechazo, el odio y frustración para luego conocer un amor apasionado que ayudará en sanar heridas profundas que el rechazo les orilló a vivir. Juan Pablo será el que intentará ganarse el amor de Elizabeth y la hará sufrir en el intento ya que al no conseguir su amor intentará dañarla y quebrarla. Sin embargo, ella después de odiarlo y repudiarlo, conocerá el lado protector de Juan Pablo y desencadenarán un amor apasionado que nunca imaginaron vivir. Lucharán por su amor contra viento y marea, sobre todo con un viejo amor de Juan Pablo y un pretendiente de Elizabeth que casualmente resultará ser Fernando, primo y médico de la Familia Montenegro.
Leer másJuan Pablo es un médico, empresario y uno de los hombres más poderosos de la ciudad. Es un hombre que se enamoró a primera vista de Elizabeth; una mujer que vio cuando iba de camino al aeropuerto. Esta misteriosa mujer lo cautivo con su belleza sin saber nada más de ella, solo el ver el reflejo de su belleza Iluminado con la luz de la noche, bastó para idealizar una vida junto a ella.
Juan Pablo llegó al aeropuerto y tomó su vuelo y mientras se dirigía a Ciudad Mónaco, no dejó de pensar en la mujer que vio caminar justo al lado de su camioneta. Elizabeth es una mujer hermosa, inteligente que se dedicaba a la decoración de interiores, no era de una familia distinguida pero con su talento había ganado reconocimiento en la ciudad. Ella se crío con su nana Susan ya que sus padres murieron cuando ella era una niña. Pasaron un par de semanas y Elizabeth recibió una llamada del director del Hospital San Jerónimo, llamado Zacarías. - Zacarías le dijo, un gusto Srita. Elizabeth Sotomayor es posible nos pueda hacer una visita al Hospital para que nos ayude a decorar el área de pediatría y las salas de espera. - Elizabeth, muy con entusiasmada le contestó: "Sí, mañana mismo les visitaré" - Zacarías, te esperamos entonces. Elizabeth colgó la llamada sin saber que esa visita conocerá al hombre que cambiará su vida. Al día siguiente, ella se arregló y vistió un vestido negro elegante que hizo resaltar su belleza y tomó una coleta se hizo una cola de caballo dejando su rostro al descubierto. Al llegar al Hospital entrando por la puerta principal, se encontró con la mirada penetrante del médico cirujano y dueño del Hospital Juan Pablo Montenegro. Juan Pablo no dudo en dar la vuelta y seguirla con la mirada y quedó flechado por unos minutos hasta que su primo Fernando lo intervinó y le preguntó - ¿A quién observas de esa forma? - Juan Pablo respondió con indiferencia: A nadie. Pero él estaba seguro que era la misma mujer hermosa que vio unas semanas atrás y estaba decidido a saber todo sobre ella. - Juan Pablo: Te veo en la casa Fer, tengo una reunión importante con un proveedor y voy tarde. - Fernando: Ok Juan Pablo aceleró el pasó y entró al Hospital dirigiéndose a la recepción y preguntando: - Juan Pablo: Hace unos minutos entró una Srita. con vestido negro, sabe a cuál departamento viene o es consulta general. - Teresa respondió: Dr. la Srita está esperando al Dr. Zacarías porque ella es la encargada del diseño de las áreas de pediatría. Está sentada justo atrás. Juan Pablo sin decir más se volteó y la vio atónito, sentada con la pierna cruzada, tocando con sus delicados dedos una tableta en las que parecía teclear con mucho tacto. Se dirigió directamente al consultorio del Dr. Zacaría para indagar todo sobre esta hermosa chica. Teresa quedó boquiabierta al ver la reacción de Juan Pablo ya que él es un hombre de pocas palabras que casi siempre notaban con una personalidad de dureza sin expresar emociones. Juan Pablo tocó abruptamente la puerta del consultorio y entró sin esperar respuesta de Zacarías. - Juan Pablo preguntó con firmeza: ¿Quién es la persona que visita el Hospital para la remodelación? Zacarías sorprendido por el interés de Juan Pablo, contestó: Es Elizabeth Sotomayor quién se ha atribuido varias decoraciones elegantes en las empresas cercanas ¿Por qué el interés Juan? - Juan Pablo podrías facilitarme sus datos y quiero estar presente el día de hoy, quiero saber todo con respecto a la remodemación. - Zacarías: Por supuesto, tu madre es quien se encarga pero si tú lo quieres así, así se hará. Acompáñame, entonces. Juan Pablo estaba ansioso y desconocía porque sentía ese vuelco en su corazón, nunca había cruzado palabra con esta mujer y él estaba actuando así.Rebeca estaba ansiosa por culminar de una vez con su venganza y estuvo esperando pacientemente desde la sombras, con una orden de captura no podía cruzar fácilmente en los aeropuertos, obligada a cambiar su identidad con documentos falsos y una nueva apariencia. Esperó muchos meses con la intención que Juan Pablo y Elizabeth se confiaran, tomándolos desprevenidos para poder tomar venganza. "Malditos seas Juan Pablo" frases que repetía en muchas ocasiones tratando de convencerse y encontrar el propósito de su venganza.Esa tarde, mientras todos estaban emocionados por festejar la llegada del bebé. Rebeca vestida como mesera esperaba la oportunidad de actuar, sus retorcidos planes eran acabar con Elizabeth, ver sufrir a Juan Pablo por ella. ***En otro lugarElizabeth y Juan Pablo bajaban de la camioneta, muy felices de compartir en familia la bienvenida de su bebé. Ambos caminaban hacia la entrada muy orgullosos de la mano, él no perdió la oportunidad para expresarle su amor:- Te a
El corazón abrumado de Elizabeth latía sin control, sus piernas temblaban al verlo nuevamente frente a ella, las palabras sonaban vacías ante lo que el aire expresaba.Juan Pablo dio dos pasos al frente acercándose un poco más a ella y le dijo con un tono lleno de tranquilidad.- ¿Aún me amas? - Su mirada intentaba descifrar la mirada de Elizabeth.Elizabeth aún sentía escalofríos al mirar a Juan Pablo, sus acciones la avergonzaban, la culpa por más que intentaba no desaparecía. La pregunta, la llenó de esperanzas, las mismas que perdió cuando abordó el avión, dando por hecho que jamás tendría la oportunidad de reconciliarse con el padre de su bebé. Sin miedo al rechazo, sin miedo a no ser perdonada, sin miedo a ser recriminada, contestó. - Sí, te amo demasiado. ¿Podrás perdonarme algún día? La respuesta estaba acompañada de melancolía, tristeza y culpa. Juan Pablo sonrió y dejando salir un fuerte suspiró, refutó con sinceridad.- Mi amor y qué crees que hago aquí. Juan Pablo se ac
Juan Pablo estaba en su oficina desde las cuatro de la mañana, no podía dormir y prefirió estar en su oficina, revisando reportes que seguir viendo su despacho destruido, se sentía triste, desilusionado, frustrado y un dolor indescriptible que oprimía su pecho, deseaba entender la situación y se cuestionaba si Elizabeth en realidad lo amaba.Al recibir la llamada de su empleada, corrió al ascensor desesperado, no podía dejarla ir así sin intentarlo, sin hablarlo. Juan Pablo sintió una eternidad el tiempo que demoró el ascensor en llegar al estacionamiento, se subió a su vehículo y condujo a toda velocidad para impedir que la mujer que amaba se fuera.Elizabeth y Susan estaban en la recepción subiendo su equipaje en un taxi, iban camino al aeropuerto para regresar a su casa. Elizabeth dejó una nota a Juan Pablo en la recamara, escribió palabras sinceras en medio de lágrimas.- Perdóname por fallarte, no sólo te fallé a ti, si no también me fallé a mi misma. Regresaré a casa, no quiero
Elizabeth lo miró a los ojos y aún en silencio, sus lágrimas caían como lluvia, el sentimiento de culpa se apoderó de ella, Johan dio su vida por protegerla, se metió en problemas por salvarla, no lo amaba, pero el sentimiento de culpa de estar cerca de Juan Pablo no ayudaba.- Elizabeth responde, ¿Qué pasó con ese hombre? ¿Abusó de ti? Dime porque tu silencio me está matando.En medio del llanto, incapaz de hablar con la verdad, cayó de rodillas frente a Juan Pablo, éste se irritó más y perdió la paciencia, la sujetó de los hombros y la levantó, sacudió con fuerza su cuerpo y lleno de ira le grito: - ¿Qué fue todo ese maldito circo? Sin poder ocultarlo más, ella respondió con un grito, dejando claro lo que ocurrió: - Me acosté con él, te engañé con él. Juan Pablo la soltó, quedando en shock por la respuesta que escuchó, lo sospechaba, pero escucharla admitirlo lo destrozó, sintió que un balde de agua fría cayó sobre él.- Dime, ¿Cuándo fui a la habitación del Hotel, tú estabas con
Escucharon disparos afuera y rápidamente Juan Pablo cubrió con su cuerpo a Elizabeth para protegerla. Johan intentaba incorporarse de la golpiza recibida, de rodillas se acercó a un taburete y sacó dos armas de fuego. Observó la escena, sintió celos, pero al mismo tiempo, confirmaba que una mujer tan dulce, merecía un hombre que la amara.Cuando los disparos y los gritos se disiparon, Juan Pablo llamó a Santos: - ¿Qué fue todo eso?- Jefe zona asegurada, tenemos a dos hombre capturados. Pueden salir.Juan Pablo se levantó aún abrazando a Elizabeth quien estaba aferrada a él, temblando de miedo. Le musitó con ternura: - Mi amor podemos salir, está asegurada la zona. Elizabeth asintió, pero al mismo tiempo, dedicó una mirada a Johan, una mirada llena de tristeza, era una despedida. Las miradas entre ambos no pasaron desapercibidas, Juan Pablo notó que algo pasaba, aún sin dar crédito a las palabras de Johan.Juan Pablo abrió la puerta, salió primero y de la mano llevaba a rastras a Eli
Treinta minutos antes*Eran casi las doce del día, Juan Pablo estaba en su despacho, tenía una sensación de pérdida, dolor, frustración, angustia, la felicidad desapareció de la noche a la mañana, él amaba a Elizabeth profundamente y el vacío de no saber nada de ella, le era asfixiante, se le dificultaba respirar sin ella a su lado. Mientras estaba perdido en sus pensamientos, escuchó el sonido de notificación de mensajes, se giró para observar el celular, esperó unos segundos antes de revisar el contenido, temía que fueran malas noticias. Tomó su celular y leyó el mensaje de un número internacional, citaba: - Me preguntó dónde estaba su prometida, se la entregaré a salvo en la ubicación adjunta; asegure la zona, Rebeca Miranda quiere asesinarla. Al leer el mensaje gritó: - SantosSantos corrió al llamado de su jefe y le respondió: - Diga, jefe.- Reúne a todos nos vamos a esta ubicación, nos entregarán a Elizabeth, pero me piden asegurar la zona, léelo tú mismo. Juan Pablo le entr
Último capítulo