Alyssa
Mis ojos se mezclaron estre las letras del libro, como si fuesen uno solo. Solté una carcajada al leer la ocurrencia de la protagonista del libro, que mágico era leer, realmente mágico saber que puedes transportarte por mil mundos sin salir de tu casa.
Era jodidamente maravilloso.
Me encontraba en el gran salon de mi casa, sentada en el sillón rojo que tanto me gustaba. Hace una semana que había salido del hospital, no había podido asistir a las prácticas ya que tenia que guardar reposo, también había tenido que caminar con muletas, algo que resultaba terriblemente incómodo.
Hoy había optado por relajarme en casa, los días anteriores había estado junto con Rusty y Bethany quienes habían hecho todo lo posible para llevar este eterno reposo un poco más llevadero. Ahora, aprovechando que era Domingo me habia puesto unos pantalones grises de tela delgada y una camisa manga larga, tenía puestos mis lentes y sin zapatos. Había olvidado lo bien que se sentía andar con mis tacones.
—¿C