Andrew
Sentí sus calidas manos rodearme el cuello, luego, pude sentir su aliento cerca de mi. Alyssa me había tomado por sorpresa, pero aquello no me impidió seguir su ritmo.
Besaba riquísimo, no lo podía negar, sus labios cochaban suavemente con los míos de una manera tan magica, tan voraz.
Le tomé de la cintura y la acerqué a mi cuerpo, simplemente solo era tenerla cerca para querer dominarla. Ese fuego que llevaba dentro se hacía más fuerte cuando la tenía cerca, tan cerca. Los nervios y la emoción del momento me hicieron salirme de mis casillas, la arrinconé pegando su espalda contra la caseta, pegué mi cadera a su pelvis mientras nuestros labios seguían bailando y disfrutando del momento.
Sin esperarlo, Alyssa puso ambas manos en mi pecho y me separó de ella.
Observé más detenidamente su rostro. Joder, en realidad era bellísima, puedo decir que era la mujer más bella que había conocido. Siempre había estado acostumbrado a mujeres rubias, altas, delgadas y riquillas que solo busca