Mi corazón, que había estado tenso durante todo el trayecto, finalmente comenzó a relajarse.
Lucas me miró y se acercó para preguntarme en voz baja: —Voy a llevar al niño a la casita para ver al abuelo, ¿quieres... venir con nosotros?
Levanté la mirada hacia él, pensando que no parecía apropiado.
El viejo señor se había opuesto claramente a mi relación con Lucas en el pasado.
Tenía en mente una nuera adecuada para su hijo.
Y yo había accedido a retirarme.
Pero ahora aparecía repentinamente con un niño, tomando a todos por sorpresa, y además iría a "presumir" ante el anciano.
¿Qué pensaría?
Seguramente sentiría que los había engañado a todos.
—Mejor no voy. Si hago enfadar a Jorge, sería imperdonable —dije en voz baja, consciente de cómo podrían interpretarse mis acciones.
—De acuerdo, entonces quédate aquí y ponte cómoda.
—Sí.
Lucas se dio la vuelta, habló brevemente con sus padres, y levantó al pequeño que andaba por todas partes para llevarlo a la casa de Jorge.
Me quedé sola y el am